-
La parálisis del sueño
Me desperté en la oscuridad, con el corazón palpitando en mi pecho. No podía moverme, ni siquiera un dedo. Intenté gritar, pero no salió ningún sonido. Era como si estuviera atrapado en mi propio cuerpo, una marioneta sin vida. Un terror indescriptible me invadió. La oscuridad de la habitación se volvió opresiva, como si me estuviera aplastando. Sentía una presencia en la habitación, algo invisible y maligno que me observaba desde las sombras. Traté de moverme con desesperación, pero era inútil. Mi cuerpo era una prisión de la que no podía escapar. La angustia crecía en mi pecho, ahogándome en una ola de pánico. De repente, un sonido escalofriante resonó…